Son muchos los que dicen que de esta pandemia del coronavirus vamos a salir fortalecidos. Ojalá sea así. Hay muchas profesionales a las que les costará salir adelante, otras lucharán con uñas y dientes para lograrlo, y habrá otras que sí, que saldrán más favorecidas y con mucha más fuerza. En este grupo incluimos a los protagonistas del artículo de hoy: los dentistas. Un gremio que puede estar orgulloso de cómo ha hecho y va a hacer las cosas durante esta crisis sanitaria.
Y es que las clínicas dentales, que ya abrieron en la fase 0, desde hace mucho tiempo que han hecho los deberes. Sin ir más lejos, ya extremaron su precaución de bioseguridad hace décadas con la aparición del VIH y la Hepatitis C. Un protocolo extrema ahora también las medidas de protección y de desinfección contra el SARS-CoV-2. Te contamos cuál es la forma de actuar.
Un gremio comprometido y anticipativo
Un estudio publicado en el New York Times situaba a los dentistas entre los más expuestos al contagio por la Covid-19, pero también entre los que mejor medidas y más rápidas habían comenzado a tomar. Y es que los dentistas están acostumbrados a trabajar siempre con especiales medidas de bioseguridad. Hay que recordar, como nos dicen desde el Círculo de Odontólogos y Estomatólogos siempre ha sido un colectivo muy implicado y concienciado con la sanidad. Ya usaban guantes, gafas, mascarillas y hasta pantallas. En los años 90, el VIH y la hepatitis C marcaron un punto de inflexión en las consultas. Ellos, al contrario que muchos políticos y otros gremios, sí han sabido verlo venir y han obrado de manera más que correcta.
Por eso, desde las clínicas dentales que forman parte del COE se quiere transmitir un mensaje de tranquilidad para esta nueva normalidad. Ellos están acostumbrados a trabajar con medidas higiénicas muy fuertes, así que les costado muy poco adaptarse a esta situación. Siempre se ha tratado a los pacientes como si fuesen infecciosos (con perdón de la palabra) por una cuestión de seguridad. Están muy acostumbrados y tienen esterilizadores muy potentes y utilizan medidas barrera que son inherentes a su profesión. Por lo tanto puedes ir con toda seguridad, eso sí, una vez allí te encontrarás más medidas y una nueva forma de proceder.
Así será tu visita al dentista
Las nuevas precauciones en tiempos de coronavirus en las clínicas dentales empiezan incluso antes de entrar. Así son de precavidos. A la llegada a la clínica verás una alfombrilla con líquido desinfectante. Lo que tienes que hacer es frotarte bien la suela de los zapatos para evitar que se haya pegado ahí durante el camino a la clínica.
Comienza la labor de la recepcionista. Ella será la encargada de guiar en la ruta hasta el sillón del dentista. Será un camino donde predomina la seguridad y la responsabilidad. Habrá un previo lavado de manos con gel hidroalcohólico mientras esperas en la sala. En esta ocasión ya no habrá ni revistas ni periódicos, pero siempre tendrás esa música tan relajante. Antes hay que tomarse la temperatura con un termómetro infrarrojos: Hasta 36,7º no hay problema. Si supera los 37 grados, el cliente tendrá que abandonar la clínica y esperar a otro día.
Eso sí, solo habrá un paciente en la sala de espera, dos en el caso de que sea un menor o también necesite llevar acompañamiento y separados a 2 metros de distancia. Será una imagen llamativa pero a la que nos tenemos que acostumbrar por culpa del maldito coronavirus. Eso de que una sala de espera llena es la mejor publicidad para un dentista va a desaparecer. Además, también vamos a lograr una nueva cosa. Ya no habrá esas colas interminables de saber cuándo entrabas y no saber cuándo salías. Ahora los tiempos de intervención estarán mucho más marcados. Los dentistas usarán más tiempo y el trabajo será más elaborado.
Además, ya no habrá aire acondicionado, hasta que no lleguen los nuevos filtros antipartículas y las estancias se ventilan con frecuencia. Antes de ocupar el sillón del dentista, toca ponerse un gorro y echarse en las manos otra vez gel hidroalcohólico.
Medidas
- La dentista y su asistente llevan puestas dos mascarillas cada una
- Una mascarilla será quirúrgica y una FP2
- Al paciente se le da un enjuage con peróxido diluido
- Todo el material, excepto las EPIs, que se tiran cada vez, será esterilizado después a 60 grados
Los dentistas reconocen que estos primeros días han sido perfectos. Al principio ha costado un poco la nueva normalidad, pero rápidamente los pacientes se han hecho a la idea de esta nueva normalidad.