Tecnología y azar: ¿combinación ganadora?

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Tanto avance tecnológico puede hacernos flaquear en nuestras creencias. Descomponer nuestras líneas de pensamiento y ponerlas del revés, es fácil si nos paramos a observar como nuestra forma de experimentar las cosas, cambia. Cambia de forma constante y exponencial; cambia a pasos agigantados y cambia, sin que lo percibamos hasta que los cambios ya han quedado obsoletos. La sociedad actual, no concibe el mundo como lo concebía hace tan solo un par de décadas. Todo ha cambiado. Evolución lo llaman y, cada vez es más rápida.

Poco queda ya de aquel hombre primitivo que vivía en las cavernas. Poco es decir mucho, verdaderamente no queda absolutamente nada. Si nos venimos a una época más reciente, tampoco queda mucho de las civilizaciones que han ido haciendo la historia, evolucionando hasta llegar a lo que somos hoy.

Con esto quiero llegar a un punto en el que la humanidad ha cambiado sustancialmente su manera de vivir, experimentar y procesar las cosas. La espiritualidad, lo impalpable o lo que no se puede explicar, encuentra su opuesto en la ciencia y, por supuesto, la tecnología. Todo tiene explicación lógica y razón de ser. Todo lo que existe se ve y se percibe como real, lo que no se ve, ni existe ni es real. Al contrario de nuestros ancestros y antepasados que creían firmemente en fuerzas superiores y divinidades (no vamos a entrar en religiones o dioses concretos), ahora solo creemos en lo que vemos. Ni más ni menos. A veces no creemos ni en eso que vemos, solo creemos lo que nos viene en gana según el momento.

Bajo esta premisa, surge una incertidumbre: ¿Dónde queda el azar? ¿El factor suerte existe o todo está programado o predeterminado? La suerte no se ve ni se palpa, todo el mundo la busca y algunos, la encuentran. Pero ¿Qué es la suerte? Para algunos, el esfuerzo y el trabajo duro que conlleva una serie de recompensas, para otros la fortuna que muestra una sonrisa y ofrece oportunidades sin más.

La suerte en el juego

Ahora, vamos un paso más allá: los juegos de azar. ¿Suerte? ¿Ciencia? Hemos preguntado a nuestros amigos de Lotería La Piedad, con una larga trayectoria en todo tipo de apuestas del estado, si existe alguna posibilidad de amañar los juegos o acertarlos con tecnología. La respuesta ha sido rotunda: no. Para los loteros, el azar es tan real como el décimo de lotería. La suerte existe y puede ser buena, muy buena. De hecho, la prueba está en Navidad, en el famoso Gordo, y es que puede caer en cualquier parte de España y nunca se puede saber dónde. De hecho, en La Piedad se puede comprar lotería de Navidad desde Agosto y son muchos los que compran online en su web para poder llevar números que en su ciudad no encontrarían.

Que te toque un premio de la lotería es cuestión de suerte. El azar es quien se encarga de concederlos en una extraña combinación que hace que se unan la persona y el boleto que saldrá premiado. Puesto que resulta imposible conocer los números agraciados de los diferentes sorteos, solo existe una respuesta posible: la suerte existe. No se ve ni se toca pero a veces, se deja sentir y lo hace en formas materiales, como el que te toque un premio.

Existen muchos tipos de juegos que no implican suerte exclusivamente. La estrategia es un factor clave para poder ganar en ellos, pero no se trata de juegos en los que los factores que intervienen, se escapan a la persona que gana. Eso es justo lo que sucede con las apuestas y los juegos de lotería. El jugador, no puede ejercer ningún tipo de influencia para que salgan sus números. Se la juega a lo que considera que va a salir o lo que quiere que salga. En todos los sorteos, la suerte se pone de lado de los jugadores, no de todos, pero sí de bastantes para congraciarles con algún premio.

Pasa sin más. No hay detrás de estos juegos ningún tipo de condicionamiento que puedan ejercer los jugadores que, son muchos. Los que hacen girar el bombo no saben quién juega y quien no, por lo que tampoco se puede establecer una conexión de determine el fraude y que estén amañados. En otro tipo de apuestas, si puede darse esta circunstancia en la que la trampa inclina la balanza.

Las apuestas del estado y todo tipo de loterías o cupones como los de la ONCE, cuentan con esa garantiza de imposibilidad ante el fraude. Los sorteos se hacen estrictamente bajo notario y rodeados de una seguridad absoluta para que no existan problemas y se pueda certificar que ser hacen de la forma correcta. Siendo así, cuando te toca el premio, sea el que sea, no se puede hablar de otra cosa que no sea suerte.

Salvo que te hayas comprado todos los décimos de un mismo sorteo y solo participes tú en el mismo, cuando te toca, es porque el azar, está a tu lado. Sin adentrarnos en temas de mayor transcendencia, a veces esa suerte se acerca a quien más lo necesita, aunque no siempre es así. Pues la probabilidad aumenta cuanto más juegas y los más desfavorecidos, no pueden permitirse apostar mucho. Aquí entra en juego la cuestión de las probabilidades, obviamente a mayor número de participaciones, más posibilidad de tener esa suerte.

La tecnología y el juego

Los avances en la tecnología aplicada a los juegos de azar, es la otra cara de la moneda que nos hace plantearnos si, puede ser útil para conseguir la combinación ganadora. Ojalá fuera tan fácil y gracias a la tecnología todo el mundo tuviera la posibilidad de ganar un pellizquito. Sin embargo, no es así por mucho que algunos quieran convencernos de ello.

Como muestra un botón. No hay que irse muy atrás en el tiempo. El pasado sorteo de Navidad tuvo como premio gordo el número 88008. Un número en el que no es fácil reparar, la verdad. Según la inteligencia artificial más potente que tenemos a nuestro alcance, el ChatGPT, el número agraciado debía ser el 03695. Casi igual pero totalmente diferente. Nótese aquí la ironía.

Fueron muchos los medios de comunicación que se hicieron eco de la noticia y el número se agotó en unas pocas horas. Creer ciegamente que la inteligencia artificial puede predecir el número afortunado en un sorteo, es más fe que otra cosa. Depositar tus esperanzas en lo que una máquina pueda decir, es en ciertos aspectos (por no decir todos) una necedad. ¿Por qué? Sencillamente, ni la IA ni las personas, pueden vaticinar cual será el número agraciado. Esto no lo digo yo, lo dice la ciencia. Son muchos los matemáticos (esos que hablan de probabilidades y demás) que es imposible que se pueda hacer una predicción de tal calibre. Hacerlo y acertar, eso sí es suerte.

Podemos plantearnos también si la tecnología es capaz de acertar otro tipo de juegos como la quiniela o las apuestas deportivas e incluso, quebrar a un casino. Los investigadores y matemáticos, nos cuentan en que se basó el ChatGPT para hacer esa predicción: consulta su base de datos (inmensa y cada día más amplia) y coteja los números. El histórico de la lotería nos dice que números son más frecuentes, la posición en la que se encuentran, etc.

Sin embargo, mal que nos pese, todas las bolas que entran en el bombo de la Lotería de Navidad o cualquier otra, tienen exactamente la misma probabilidad de salir, con absoluta independencia de lo que diga el histórico. Al menos bajo la suposición de que todas las bolas son iguales en peso y volumen y se mezclan lo suficiente. En el caso de que siempre se utilizaran las mismas bolas y no se calibrarán o movieran lo suficiente, podría haber bolas con mayor probabilidad de caer, algo que no resulta muy factible.

Por lo tanto, teniendo en cuenta como se realiza un sorteo y con la idea de que se hace de la forma correcta, no es posible que la inteligencia artificial sea capaz de adivinar el número que va a salir premiado. Tiene las mismas posibilidades de acertar que una persona y, hasta la fecha, los humanos tampoco somos capaces de predecir los números premiados. Si fuera posible hacer eso de algún modo, los matemáticos serían los más ricos del planeta.

Aunque pueda parecer que la estadística y la memoria histórica pueden llevarte al número ganador, no es así. Obviamente para los matemáticos y la ciencia, la suerte es algo relacionado con la superstición a lo que tampoco confieren poder. Para ellos, lo único que cuenta es la probabilidad. En este sentido, a mayor número de apuestas o números, mayor posibilidad de ganar. Evidentemente, es una realidad.

En otros tipos de apuestas y juegos de azar, como la quiniela y apuestas deportivas en las que entran en juego diversas variantes, el conocimiento, puede dar puntos. Los datos, la estadística y un poco de empeño, pueden propiciar mayor número de aciertos. Aun así, ni la tecnología ni el azar, están por la labor de crear nuevos millonarios cada día.

Si existe algún tipo de apuestas en los que la estrategia puede verse apoyada por la tecnología, con toda probabilidad, serían los casinos. El póker o el Black Jack pueden verse beneficiados por algunos modelos de estadística y estrategias cuando juegas en casinos online donde se pueden detectar los patrones de juego de los participantes.

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