El pie es la base de sustentación del cuerpo, su estructura junto con el tobillo es compleja, estando formada por 26 huesos, 33 articulaciones, 22 músculos y 107 ligamentos. Uno de estos ligamentos recibe el nombre de fascia plantar. La fascia plantar, por tanto, es un ligamento largo, plano, delgado, elástico y fuerte situado en la planta del pie, que se origina en el talón y se inserta en la base de los dedos del pie, cumpliendo las funciones de estabilidad del pie, absorción de los impactos o dar forma al arco longitudinal.
La inflamación de la fascia plantar es lo que se conoce como fascitis plantar, caracterizándose por un dolor agudo muy intenso en la zona interna del talón que se puede extender tanto hacia los lados del pie como hacia los dedos, aumentando las molestias con la palpación o la flexión dorsal del pie. Otros síntomas importantes de la fascitis plantar es la manifestación de un fuerte dolor al dar los primeros pasos después de levantarnos de la cama por la mañana, después de un largo periodo de reposo o después de haber realizado ejercicio o una actividad física, no durante la misma, ya que durante el ejercicio la fascia se estira y suele disminuir el dolor.
Las sensaciones que refieren las personas que padecen este problema son sentir que caminan sobre un lecho de cristales o sobre un camino de fuego.
La fascitis plantar es una patología bastante frecuente, estimándose que afecta a una de cada diez personas, siendo una patología muy común dentro de la población deportista, sobre todo en la práctica de deportes como tenis, atletismo, running, fútbol, etc., llegando a ser una de las causas de abandono del deporte. En la población no deportista es algo más común en las mujeres por un uso continuado de zapatos con tacón muy alto, mientras que dentro de la población deportista el porcentaje está bastante más igualado. En este sentido, si queréis cuidar vuestros pies, nosotros os recomendamos que recurráis a Marians Sport, donde encontraréis una tienda online especializada en la venta de botas de fútbol, fútbol sala, equipamiento y complementos como camisetas, espinilleras, guantes de portero y todo lo necesario para la práctica del deporte del fútbol, siempre con la mejor calidad y, por consiguiente, siempre cuidando vuestros pies para que no sufran.
Las principales causas de la fascitis plantar son:
- Problemas en el arco del pie. Los pies cavos con el puente más elevado de lo normal y/o los pies vagos en los que el puente tiende a desplomarse hacia el interior, muestran un alto porcentaje de padecerla.
- La forma de pisar, con pacientes que tienden a la pronación, es decir en los que la carga del pie tiende a desplazarse hacia el lado interno.
- Un esguince mal curado, pues el dolor hace que se apoye mal el pie.
- Obesidad o sobrepeso.
- Deportes que generan un impacto repetitivo sobre el talón, como ocurre con los corredores.
- problemas de cadera y/o rodillas.
- Sobrecarga muscular.
- Uso de calzado inapropiado para la actividad que se va a desarrollar.
- Pasar muchas horas de pie.
El tratamiento habitual para tratar la fascitis plantar es la combinación de una medicación antiinflamatoria para disminuir la inflamación, junto con un tratamiento de fisioterapia para estirar y relajar la fascia plantar.
¿Qué otras patologías del pie nos podemos encontrar?
Otras patologías del pie son:
- Bajo la denominación técnica “Hallux Valgus” se identifica el engrosamiento o deformación de la articulación del primer dedo o dedo gordo del pie, originando una desviación del mismo hacia dentro. Esta deformación causa un desplazamiento del hueso que obliga al dedo a inclinarse hacia los otros. Su evolución es lenta y en un principio no se le suele dar demasiada importancia hasta que con el paso del tiempo y su continua evolución se produce un doloroso bulto en el hueso que roza con el calzado.
Las causas más frecuentes de su aparición son la herencia genética, la utilización de calzado inadecuado con puntas estrechas y tacones demasiado elevados, pies planos, artritis reumatoide, etc.
- Conocido comúnmente como callosidades, es un engrosamiento de las capas de la piel producido por la fricción, presión o un roce continuo, normalmente con el calzado. Los factores que nos predisponen a que se origine un callo son el uso de un calzado inadecuado, de mala calidad, estrecho o mal ajustado, tanto por ser una talla menos como por ser grande, uso de calcetines con costuras que rocen en los pies, cambios en la morfología del pie, etc. El cuidado de los pies, una buena hidratación y la prevención es el mejor tratamiento posible.