Hipócrates, el médico de la Antigua Grecia conocido como “el padre de la medicina” fue la primera persona en hacer referencia a la Silicosis, una enfermedad causada por una inhalación prolongada de partículas de polvo de sílice, el cual da nombre a la enfermedad. La sílice es un cristal muy común que se encuentra en la mayoría de lechos rocosos, por lo que esta enfermedad está muy ligada a los trabajadores de la minería, canteras, construcción de túneles, cortes de piedra, fábricas de cementos, explotación de pizarra, etc.
Es por ello por lo que las empresas expertas en esta materia deben cuidar de forma especial a sus trabajadores, puesto que nadie quiere que ninguno de ellos enferme por la inhalación de este polvo. En este sentido, una de las compañías más punteras del mercado en nuestro país, Pizarras y derivados está completamente comprometida con la salud de los trabajadores y aún estando especializada en la comercialización y distribución de pizarra para suelos, tejados y exteriores y exportando a más de 20 países, tan solo tiene como proveedores a empresas extractoras que cuidan meticulosamente la salud de sus empleados. Por ello, no es de extrañar que los productos se encuentren homologados y respondan positivamente a las Normas de Calidad de cada país donde se comercializa.
Y es que la sílice no es cosa menor, dado que penetra en los pulmones provocando una inflamación en sus partes más pequeñas como son los alveolos pulmonares, a la vez que se produce una fibrosis o cicatrización de los tejidos, con lo que el pulmón va perdiendo elasticidad y la persona afectada comienza a disminuir su capacidad respiratoria. Esta dificultad respiratoria es uno de los primeros síntomas de la enfermedad, otros son tos fuerte, pérdida de peso, debilidad general, fiebre, dolores en el pecho, sudores nocturnos, etc.
La silicosis, actualmente es una enfermedad irreversible, lo cual quiere decir que la persona que la contrae no tiene posibilidad de curarse, si bien es posible detener su avance cuando es detectada en su primera fase y se deja de estar en contacto o en exposición a la sílice.
Los factores que influyen para contraer la enfermedad son:
- Duración e intensidad de la exposición.
- La cantidad de polvo de sílice en el ambiente de trabajo.
- El tamaño de las partículas de polvo. Las partículas grandes son retenidas, por lo general por las defensas naturales del cuerpo, quedando retenidas en las mucosidades o siendo expulsadas al toser, sin embargo, las más pequeñas son muy peligrosas ya que llegan hasta el pulmón.
Ante los primeros síntomas el especialista realizará una exploración física y unas pruebas diagnósticas para descartar otras posibles enfermedades y confirmar el diagnóstico que se realizará mediante pruebas médicas como radiografía de tórax, analítica de sangre, tomografía computarizada, pruebas de tuberculosis… Una vez confirmado y dependiendo de los resultados obtenidos, el trabajador se encontrará ante uno de los tres tipos de silicosis:
- Silicosis crónica. Es la forma más común y frecuente. Suele presentarse ante una exposición prolongada en el tiempo, más de veinte años, a bajas cantidades de polvo de sílice. Estas personas tienen problemas para respirar correctamente.
- Silicosis acelerada. Se presenta ante una exposición a mayores cantidades de polvo de sílice durante un periodo más corto de tiempo, entre 5 y 15 años.
- Silicosis aguda. Se presenta ante una exposición a cantidades muy grandes de sílice en un corto periodo de tiempo, causando una dificultad respiratoria grave.
Actualmente no existe un tratamiento específico contra la enfermedad, lo primero que se debe realizar es alejar al enfermo de la exposición a la sílice y aconsejarle que evite fumar, además de realizar tratamientos médicos complementarios mediante la utilización de broncodilatadores, antitusígenos, administración de oxígeno, antibióticos para tratar las infecciones respiratorias, etc… En los casos más graves podría ser necesario que el paciente se tuviese que someter a un trasplante de pulmón para recuperar su capacidad respiratoria.
Las personas diagnosticadas de silicosis tienen un alto riesgo de padecer otras enfermedades asociadas como pueden ser tuberculosis, cáncer pulmonar, artritis reumatoide, esclerosis sistémica progresiva, fibrosis masiva y progresiva, lupus eritematoso sistémico…
Enfermedades Incapacitantes
La silicosis es una enfermedad profesional incapacitante en numerosos países, es decir es una enfermedad que puede provocar diferentes grados de incapacidad en sus trabajadores. Son muchas las personas que se encuentran en una situación laboral complicada, ya sea por problemas físicos o psíquicos, y muchas las causas por las que un trabajador puede solicitar y serle reconocida una enfermedad o lesión que padecen y que no les permite poder realizar las tareas fundamentales de su profesión o incluso ningún tipo de trabajo. En este caso podríamos estar ante una enfermedad incapacitante, entre ellas podemos citar las siguientes: Alzheimer, síndrome de asperger, párkinson, obesidad mórbida, enfermedad pulmonar, espondilitis anquilosante, isquemia arterial crónica, insuficiencia renal crónica, síndrome de Takotsubo, fibrosis pulmonar, enfermedad de pompe, enfermedad de paget, arterioesclerosis, cardiopatías, trastorno bipolar, trastorno de ansiedad, depresión, cáncer, acondroplastia, etc.