Poco se habla de la relación existente entre cierto tipo de problemas de salud en general y la salud bucal. Dentro del sector de la odontología, son muchos los profesionales que advierten de como los trastornos de la conducta alimentaria (TCA), pueden ser advertidos en la consulta del dentista, debido a los problemas derivados que pueden afectar a la salud bucal. Este tipo de trastornos que se tratan desde distintas ramas de la medicina, suelen tener un origen psicológico que afecta ampliamente a la salud psíquica. Son varios los tipos de trastornos que pueden darse relacionados con la conducta alimentaria y múltiples, sus consecuencias.
Desde el punto de vista odontológico, un buen profesional puede detectar este tipo de enfermedades, antes incluso de que el propio paciente o su entorno lo advierta.
Los trastornos alimenticios están a la orden del día. Este tipo de enfermedades mentales y físicas, son bastante serios y severos con el propio cuerpo, pero son tratables. Su afectación puede darse en personas de todo género, edad, raza, condición, orientación sexual, cuerpo o peso. Aunque donde más predomina su presencia en adolescentes y mujeres jóvenes, dado el peso que la sociedad ha ejercido sobre ellas a lo largo de la vida.
Un trastorno alimentario afecta a la salud individual, su calidad de vida, su autoimagen y la forma de relacionarse y, por supuesto, compromete la salud bucal. Aspecto al que no se le ha concedido especial importancia hasta hace relativamente poco.
Sobre los TCA y como afectan a la salud bucal
Afortunadamente, este tipo de afectaciones no son un tabú como podía serlo décadas atrás. Padecer un trastorno de la conducta alimentaria implica una relación poco saludable con la alimentación que conlleva una inevitable pérdida de la salud, de forma gradual y paulatina, pero efectiva.
Entre los trastornos más comunes y conocidos, podemos destacar los siguientes:
- Este trastorno en particular es de los más habituales y conocidos. Se caracteriza por la pérdida de peso o no ganar el suficiente en la etapa de crecimiento de los niños; la dificultad para mantener el peso adecuado debido a una distorsión en la propia imagen corporal. Las personas que sufren anorexia, suelen restringir la ingesta de calorías y el tipo de alimentos que consume. En ocasiones recurren a ejercitarse en exceso, se purgan mediante el uso de laxantes o provocándose el vómito y de vez en cuando, se procuran atracones.
- Otro habitual de las consultas del especialista en TCA. En este caso, la caracteristica principal es sumirse en un ciclo de atracones, seguido de un comportamiento compensatorio como la inducción del vómito para “equilibrar” los efectos de la comida o utilizar laxantes para vaciarse.
- Este tipo de trastorno conlleva la sucesión de episodios recurrentes en las que se ingieren grandes cantidades de comida de forma descontrolada. La pérdida de control hace que la persona que la padece, experimente vergüenza, angustia o culpa tras hacerse atiborrado.
Siendo estos los más comunes y habituales, existen otro tipo de desordenes alimentarios como limitarse al consumo de cierto tipo de comidas o alimentos, el pica pica y algunos inespecíficos o a los que todavía no se les ha proporcionado un nombre. En cualquiera de los casos, este tipo de conductas, no son nada positivas y terminan por hacer que los sujetos que lo sufren, desarrollen otra serie de enfermedades asociadas.
Los datos respecto a la incidencia de cualquiera de los diferentes tipos de TCA, arrojan cifras de cuatrocientas mil personas que los padecen solo en España. Los afectados por este tipo de trastornos sufren sus efectos negativos y por ende, deben ser considerados con personas en las que la salud se ve comprometida seriamente. Hemos contactado con los expertos de la clínica odontológica Sánchez Arranz, expertos en odontología general desde hace más de 20 años, y nos han dicho que es muy importante tener en cuenta no solo el aspecto dental si no los efectos negativos a nivel psicológico y en el organismo.
Los efectos negativos potenciales que genera la deficiencia de vitaminas y nutrientes son innumerables y conllevan un mal funcionamiento del organismo, reflejándose en numerosas ocasiones, en la boca. No en vano, la mayoría de pacientes con trastornos alimentarios, sienten vergüenza a la hora de asistir al dentista, debido a los problemas dentales que experimentan, merced a su trastorno. El mal aliento, la sensibilidad dental, así como la erosión de las piezas dentales, son algunos de esos signos que pueden ayudar al odontólogo, a determinar si un paciente, sufre a su vez, un problema asociado con la alimentación.
Esto sucede en la boca cuando se padece un TCA
Ante la evidencia de este tipo de problemas de salud, pueden enmascararse algunos aspectos. Sin embargo, dentro de una consulta odontológica, pueden apreciarse los siguientes signos y evidencias de su padecimiento. Los dientes, la boca o las glándulas salivares, pueden advertir al profesional de la presencia o posibilidad de que exista, un trastorno de orden alimentario.
Es posible encontrarse en la consulta con casos de erosión del esmalte dental. La bulimia se refleja en los dientes a través de la erosión del esmalte. Esto es debido a que los ácidos del estómago, suavizan el mismo al entrar en la boca cuando se induce el vómito. En el caso de la bulimia, los síntomas se aprecian de manera más severa en los dientes frontales superiores, debido a que la lengua descansa contra la paste posterior de los dientes inferiores.
Padecer boca seca es otro de los síntomas que deja la bulimia, al verse reducida la cantidad de saliva. Este síntoma, conocido como xerostomía, puede darse también a causa de las deshidratación crónica originada por comer demasiado y vomitar. La combinación de esta afección con una mala higiene bucal, incrementa el riesgo de sufrir enfermedad periodontal.
Se observa un aumento en las glándulas salivares, puesto que, al inducirse el vómito con los dedos u otro tipo de objetos, se irritan los tejidos de la parte trasera de la garganta, donde se encuentran las glándulas salivares, provocando su inflamación, algo que un odontólogo, observará debido a su enrojecimiento.
Caries y bulimia van de la mano, dado que las personas que sufren de este tipo de trastorno alimenticio, suelen procurarse atracones de comidas dulces y repletos de azúcar, además del efecto de los ácidos que suben del estómago cuando se provocan el vómito.
La dentadura puede tornarse muy sensible tras cepillarse los dientes con virulencia tras la producción del vómito. Además, pueden apreciarse heridas en la boca, dolor o sangrado de encías, úlceras en la garganta y labios agrietados.
Inevitablemente, a consecuencia de un trastorno de la alimentación pueden devenir una serie de problemas asociados que repercutan directamente en la salud dental. A las personas que se purgan mediante la inducción intencionada del vómito, pueden llegar a sufrir graves y serios problemas de erosión dental, a consecuencia de un excesivo contacto de los dientes con los ácidos del estómago. El esmalte dental puede desgastarse hasta el punto en que los dientes cambien de color, forma y tamaño. Los bordes se vuelven mas finos, pudiendo llegar a romperse con mayor facilidad y comer o beber cosas frías o calientes puede resultar incómodo y doloroso.
En cuanto a los efectos que produce la anorexia en los dientes, debido fundamentalmente al poco consumo de los nutrientes necesarios, puede verse debilitado el hueso de la mandíbula. A su vez, se debilitan también los dientes, pudiendo llevar a la pérdida de los mismos. Dado que la mala higiene bucal es común en pacientes con trastorno alimentario como la anorexia, es frecuente que tengan altos niveles de placa y gingivitis.
Pacientes que sufren de trastornos alimentarios que cursan con vómitos y atracones, durante dos años, suelen presentar perimiolisis. Esta enfermedad, está causada por la descalcificación de los dientes, debido a la exposición de esto a los ácidos gástricos. Se relaciona directamente con la regurgitación y los malos hábitos de higiene oral.
El rol que juega un profesional de la odontología en estos casos, puede significar un antes y un después en la vida de los pacientes. Por norma general, quienes padecer algún tipo de trastorno alimentario, no suelen pedir ayuda ni acudir al médico en busca de soluciones. Pero si puede que se dé la circunstancia de que acudan a su revisión odontológica.
Un dentista, puede reconocer los primeros signos asociados a los desordenes alimentarios durante una simple revisión anual. Al mirar los tejidos duros y blandos, presentes en la boca, pueden hallar signos de erosión o posibles heridas debidas a la inducción del vómito. También pueden encontrar en la exploración, evidencias de erosión a causas de los ácidos, caries por excesiva ingesta de azucares y signos evidentes de déficit de nutrientes.
Cuando un profesional de la odontología sospecha que el paciente puede estar sufriendo algún tipo de desorden de la alimentación, pueden conversar con el mismo sobre el asunto. Explicando los síntomas y signos que ha encontrado, puede recomendar algún remedio e inducir al paciente a que visite a otros profesionales. Sea por su propia voluntad o advirtiendo a los familiares de que algo sucede.
La detección temprana de este tipo de trastornos facilita la recuperación y evita mayores males. Para ello, es necesaria la implicación e intervención de familiares, especialistas en salud mental, nutricionistas y, por supuesto, odontólogos.