El paladar hendido es una anomalía de nacimiento o congénita, en la que el paladar del bebé no se desarrolla con normalidad durante el embarazo de la madre, provocando una hendidura o fisura en el paladar que puede llegar hasta la cavidad nasal, dejando un hueco entre la nariz y la boca. Entre la sexta y la décima semana de gestación es cuando los huesos y la piel de la mandíbula superior, la nariz y la boca del feto se unen entre sí o se fusionan para formar el paladar y la boca, si esta fusión no se realiza completamente se produce el paladar hendido.
Esta hendidura puede formarse en cualquier parte del paladar, dependiendo del lugar de su formación recibe diferentes nombres, si se forma en la parte posterior o trasera, junto a la garganta se trata de un paladar blando, si se forma en la parte anterior o frontal del paladar, detrás de las encías, paladar duro, incluso en algunos bebés tanto la parte de adelante como la de atrás del paladar quedan abiertas. Las causas que lo producen no se saben con certeza, si bien se cree que pueden ser genéticas o ambientales.
Los niños que presentan esta afección pueden sumar otros problemas que afectan a su salud como los siguientes:
- Dificultades para alimentarse, ya que el bebé puede tener problemas para succionar tanto la leche materna como el biberón puesto que su boca no puede formar un sello, por lo que es importante que el personal sanitario oriente a la madre sobre las técnicas de alimentación.
- Problemas respiratorios.
- Infecciones en los senos paranasales.
- Problemas en el habla y en el lenguaje. Si este trastorno no se corrige con la cirugía, afectará al habla cuando el niño sea mayor.
- Pérdidas auditivas y/o problemas relacionados con la audición, debido a posibles infecciones del oído por una disfunción del tubo que conecta el oído medio y la garganta.
- Problemas dentales por dificultades en el desarrollo normal de la dentadura.
- Problemas relacionados con la/s sucesivas cirugías.
- Problemas psicológicos derivados de una baja autoestima.
El paladar hendido suele detectarse en la primera exploración médica del recién nacido, es decir cuando observan y palpan el interior de la boca del bebé. La cirugía es el tratamiento más común e importante en este trastorno, llevándose a cabo generalmente cuando el menor tiene entre 10 y 12 meses de edad. Este tipo de cirugía que se denomina palatoplastia presenta varios objetivos, entre los que se pueden destacar los siguientes:
– Cerrar la hendidura existente entre la nariz y la boca.
– Impedir que los alimentos sólidos y líquidos se escapen por la nariz.
– Crear un paladar que funcione como tal y permita desarrollar el lenguaje.
Esta intervención quirúrgica necesita de un equipo médico multidisciplinar, que podría estar formado, entre otros, por un especialista en otorrinolaringología (especialista en oído, nariz y garganta), cirujano pediátrico, cirujano maxilofacial… En este sentido, los profesionales de la Clínica dental Lorenzo, quienes acumulan más de 30 años de experiencia en tratamientos de implantología y cirugía maxilar, aconsejan buscar solución lo antes posible y, además, nos aseguran que hay ciertos cuidados que podemos llevar a cabo y que beneficiarían la sintomatología de esta patología.
Practicar ejercicio es uno de ellos, para que los problemas respiratorios no afecten tanto a nuestro estilo de vida pues, al estar activos, hacemos trabajar también más a nuestros pulmones y los entrenamos para funcionar mejor. También podemos optar por algunos tratamientos específicos como el que recomiendan en Saltium, la haloterapia, cuyos beneficios en la respiración ya han sido demostrados.
La inmensa mayoría de los niños afectados de paladar hendido tratados mediante cirugía logran superar con éxito el problema, si bien a medida que el niño crece y se desarrolla puede llegar a ser necesario que se realicen nuevas intervenciones quirúrgicas para mejorar o resolver algunos posibles problemas como el habla, la alineación de las mandíbulas, la recolocación de los dientes, etc. Es por ello por lo que es importante que un equipo médico formado por diversos especialistas como un pediatra, un otorrinolaringólogo, un ortodoncista, un experto en audiología, un logopeda, un nutricionista e incluso un psicólogo diseñen un plan de tratamiento y seguimiento de estos niños como mínimo hasta alcanzar su adolescencia.
Efectos del alcohol en el embarazo
Diversos estudios determinan que el alcohol atraviesa libremente la barrera de la placenta, esto quiere decir que el feto tendrá siempre la misma concentración de alcohol en sangre que su madre, pero con un agravante ya que el hígado del feto todavía en fase de desarrollo y por tanto inmaduro no es capaz de procesar la cantidad de alcohol que circula en la sangre causando diversos trastornos en el recién nacido como malformaciones, bajo peso corporal, baja estatura, hiperactividad, déficit de atención, problemas de visión y audición, muerte súbita, etc.