Los problemas de aprendizaje en niños son más comunes de lo que crees, de hecho, según investigaciones en el área, 1 de cada 10 niños en etapa escolar los tienen.
Así, estos afectan su desempeño a nivel académico creándoles frustración y a los padres, preocupación.
Los niños que tiene este tipo de dificultades se caracterizan por tener una inteligencia normal o superior al promedio, solo que se les dificultan determinadas áreas de aprendizaje, por lo que suelen experimentar sentimientos de frustración, enojo y depresión, conllevando a problemas de autoestima importantes. Y es que a veces les pasa que saben muy bien lo que quieren decir, escribir y hacer, solo que es muy difícil expresarlo de la forma correcta y más bien terminan con un bajo rendimiento.
¿Qué es una discapacidad del aprendizaje?
Comenzamos por definir lo que es una discapacidad del aprendizaje. Esta se entiende como aquellas dificultades que afectan la forma en que el cerebro obtiene, utiliza, almacena y transmite información.
Así, algunos niños tienen discapacidades específicas del aprendizaje (también conocidas como DA), como dificultades solo para las matemáticas o para la lectura. Pero, otros tienen dificultades que afectan el aprendizaje en todas las áreas como lo es el trastorno por déficit de atención e hiperactividad (TDAH) o la pérdida de la audición. Incluso, algunos niños pueden tener más de una afección que impide su desempeño académico al máximo.
¿Qué causa las dificultades de aprendizaje?
Las razones que originan los déficits de aprendizaje no siempre se llegan a conocer. Por lo general, sucede si el niño tiene algún pariente con dificultades similares, o también puede pasar si nacieron con muy bajo peso, de forma prematura o tuvieron alguna lesión o enfermedad durante la niñez como en el caso de lesiones en la cabeza, envenenamiento con plomo o meningitis, por mencionar algunas.
¿Cómo sé si mi hijo tiene dificultades de aprendizaje?
Más allá de saber que es lo que pueda causar este déficit del aprendizaje, lo importante es poder identificarlo para buscar la ayuda adecuada para nuestro hijo.
Las buenas noticias en cuanto a ello es que ya a partir de los 5 años se pueden detectar estos problemas, de forma que desde ese momento tu hijo comience a recibir la ayuda y los refuerzos adecuados para superar estos obstáculos.
Para ello, no solo podemos aprender a detectar ciertas señales en el comportamiento de nuestro niño, sino que también podemos consultar con profesores o médicos para obtener una segunda opinión profesional sobre el caso.
Lo difícil es que muchas veces, estos problemas del aprendizaje no se hacen obvios. En muchos casos suelen pasar como una dificultad normal, falta de interés por la materia o los estudios en general, apatía o pereza por el ámbito académico.
Por eso, debemos estar atentos a los siguientes signos:
- Dificultad para entender y seguir tareas e instrucciones.
- Problemas para retener lo que se le acaba de decir.
- Dificultad para dominar destrezas básicas como la lectura, deletreo, escritura y/o matemática.
- Dificultad para distinguir entre la derecha y la izquierda o para identificar palabras.
- Tendencia a escribir las letras, las palabras o los números al revés.
- Falta de coordinación al caminar, hacer deporte o llevar a cabo actividades sencillas como sujetar un lápiz o atarse los zapatos.
- Facilidad para perder o extraviar su material escolar, libros y otros artículos.
- Dificultad para entender los diferentes conceptos del tiempo.
Señales que delatan dificultades del aprendizaje en cada etapa escolar
Incluso, para ser más específicos, hemos elaborado un listado de los diferentes signos que delatan un problema para el aprendizaje según cada etapa escolar:
Niños en edad preescolar:
- Retrasos en el desarrollo del lenguaje, tomando en cuenta que los niños deben poder hablar con frases u oraciones cortas a partir de los 2 años.
- Dificultad con el habla, tomando en cuenta que a los 3 años de edad, los niños deben poder hablar lo suficientemente bien como para que los adultos puedan entenderle.
- Dificultad para aprender los colores, las formas, las letras y los números.
- Dificultad para rimar palabras.
- Dificultad con la coordinación. Tu hijo podría tener una dificultad en el aprendizaje si a los 5 años no puede abotonarse su ropa, usar tijeras, saltar, copiar un círculo, un cuadrado o un triángulo.
- Períodos de atención breves. Si tu hijo tiene entre 3 y 5 años de edad y no puede sentarse tranquilo y escuchar una historia breve o prestarle atención a cualquier otra actividad, probablemente tenga un problema del aprendizaje.
- Frustración o enojo al tratar de aprender.
Niños en edad escolar y adolescentes:
- Tienen dificultad para seguir instrucciones.
- Les cuesta organizarse tanto en la escuela como en casa.
- Les cuesta comprender y seguir instrucciones verbales.
- Tienen problemas para aprender datos y recordar información.
- Se les dificulta leer, deletrear o pronunciar palabras.
- Suelen tener una mala caligrafía o incluso, se les hace difícil escribir con claridad.
- Les cuesta realizar cálculos matemáticos o solucionar problemas con enunciados.
- Concentrarse en los trabajos escolares y terminarlos es un reto.
- Tienen dificultades para explicar información con claridad en forma oral o escrita.
Así, una vez hemos detectado que nuestro hij tiene una dificultad para el aprendizaje, debemos buscar ayuda profesional temprana.
Intervención profesional dentro de las dificultades del aprendizaje
Es preocupante describir que nuestro hijo está lidiando con algún problema del aprendizaje que le produce frustración y baja autoestima, y que los limita en su desarrollo y éxito académico. Sobre todo cuando nos damos cuenta que estas dificultades se mantendrán durante toda su vida.
No obstante, no hay razón para darlo todo por perdido, y es que existen muchas herramientas para ayudar al pequeño a aprender y lograr rendir en sus estudios a pesar de sus limitaciones.
Lo importante es priorizar la intervención temprana, ya que esto será lo que impida el avance de la condición hasta agravarse y lo que permita que los acompañemos y apoyemos en el camino hacia el logro de sus objetivos académicos y profesionales, dándoles herramientas y estrategias para aprender a controlar sus limitaciones y rendir en sus actividades.
Piensa que quizá hoy el problema es que tu hijo no sabe sumar, pero si no lo atacamos a tiempo, el día de mañana no será capaz de rendir en la clase de algebra. Esto a su vez, mientras mas avance y más difícil se les haga rendir en al escuela, más problemas a nivel emocional despertará, comenzando desde frustración e ira, hasta depresión o baja autoestima.
Así, la intervención comienza desde aquel momento en el que el maestro, los padres, el tutor, el médico u otro profesional solicitan una evaluación en materia al ver ciertas dificultades en sus estudios. Así, un psicólogo realizará ciertas pruebas de visión o audición, u otras afecciones médicas. Igualmente este se acompañara de un maestro de educación especial, un terapeuta ocupacional, un trabajador social o un enfermero para realizar otras pruebas para medir sus diferentes habilidades. De hecho, también se tiene que tomar en cuenta si existe un diagnóstico de ansiedad severa o de trastornos por déficit de atención/hiperactividad.
Así, los resultados de dichos exámenes, más el aporte de los adultos que intervienen en su proceso de aprendizaje son los que determinarán si el niño necesitará la intervención.
Opciones de tratamiento
Una vez se decida comenzar con la intervención, los especialistas podrán optar entre una variedad de opciones para ayudar al niño. Los expertos en el tratamiento de problemas de aprendizaje del Centro Psicopedagógico Cristina Hormigos, pedagogas infantiles en Albacete, nos comentan cuales son:
- Ayuda extra.Se puede ayudar mucho a tu hijo si contratas tutores privados que le ayuden con sus habilidades de aprendizaje o con el área en específico con el que tiene dificultades.
- Programa de Educación Personalizada.Algunas escuelas cuentan con programas de educación individual en la que se proporciona un tutor individual al alumno en el contexto académico si este de verdad lo necesita y que le enseña el contenido académico adaptándolo a su situación y sus objetivos particulares.
- Si la escuela no cuenta con este servicio, si que se puede comprometer a adaptar el contenido del aula la condición el alumno. Así, el profesor, por ejemplo, puede otorgarle más tiempo para completar sus actividades, incluir estrategias para fomentar la atención, usar la tecnología para facilitar el proceso de aprendizaje y proporcionar material complementario para ayudar al alumno a entender el contenido impartido en clases.
- La terapia ocupacional puede mejorar las habilidades motoras de un niño que tiene problemas de escritura, o u terapeuta del habla y el lenguaje puede ayudar a tratar las habilidades del lenguaje.
- Dependiendo del caso, el médico puede recetar algunos medicamentos para tratar la depresión o la ansiedad grave, el trastorno por déficit de atención o la hiperactividad, entre otros problemas.
- Medicina complementaria y alternativa.Incluso, también puedes buscar tratamientos alternativos, como cambios en la dieta, uso de vitaminas, ejercicios para los ojos, neurorretroalimentación o dispositivos tecnológicos aplicado a la educación, entre otros.