¿Está el sector industrial español en crisis? Esa es una pregunta que se hacen múltiples profesionales del sector desde la crisis económica que azotó a España y a otros muchos países del mundo en el año 2007. Lo cierto es que este es un debate realmente interesante y que se puede afrontar desde múltiples puntos de vista. Hay gente que considera que el sector no está en crisis porque sigue dando trabajo a miles de personas y porque para muchas empresas es rentable. Por otro lado, hay quien sí que identifica una crisis profunda dentro del sector y que no es nada optimista de cara al futuro. Y luego están aquellas personas que ven que el sector no pasa por su mejor momento pero que consideran que sí que hay una vía para que se pueda albergar esperanzas en el futuro. Es en este último grupo donde me encuentro yo.
El peso de la industria en el PIB de España ha decrecido en los últimos tiempos. Es lo que se desprende de una noticia que fue publicada en el diario El País en la que se decía que el PIB de la industria en España solo superaba el 15% en el año 2021 cuando desde la Unión Europea se había previsto que fuera de un 20% en ese mismo año. El caso es que todo esto no solo tiene que ver con una crisis económica como la de 2007, de la que ya hace mucho que salimos. La situación provocada por el coronavirus fue realmente terrorífica, a lo que se ha terminado uniendo todo el conjunto de problemas que trajo consigo el inicio de la guerra en Ucrania y el aumento en el coste de los suministros.
La industria española se tiene que sobreponer a todas las situaciones que se le vayan poniendo en el camino… pero para ello tiene que saber cuáles son los problemas que se derivan de su actividad. Sabiendo cuales son esos problemas, se podrán establecer vías para intentar mejorar todo lo que guarde relación con el negocio… y se podrá empezar a soñar con la oportunidad de obtener una mayor productividad y rentabilidad.
Cuatro grandes problemas que tiene la industria española a día de hoy
De acuerdo con la página web del medio de comunicación Libre Mercado, estos son los cuatro grandes problemas que tenía la industria española en el año 2013 y que de alguna manera han venido existiendo hasta los días en los que nos encontramos:
- La productividad es escasa, menor que en otros países de nuestro entorno y que forman parte de la Unión Europea. Aunque hay sectores en los que sí que creció la productividad, como la aeronáutica o la alimentación, hay otros en los que ha decrecido de una manera realmente preocupante. Son los casos de la industria de la construcción naval, la electrónica y la relativa a la maquinaria eléctrica.
- Los costes energéticos son muy superiores a los que se manejan en otros países de nuestro entorno y, aunque no es el principal en lo que a gastos se refiere, sí que ha sido tan potente que hay empresas que han tenido que apostar por fuentes de energía más barata.
- Menor inversión en I+D. Se trata de un problema que nos pasa muy a menudo en todas las materias habidas y por haber. Deberíamos poner todo de nuestra parte para evitar que así fuera porque este asunto hace que nos autolimitemos… Y es que no podemos seguir poniendo piedra sobre nuestro propio camino.
- La inversión en capital es decreciente. Es otro de los grandes problemas. La inversión en instalaciones o maquinaria es lo que va a determinar en buena medida la productividad que existe dentro de una fábrica. Apostar por la mejor tecnología puede llevarnos a reducir los periodos de fabricación y también mejorar la calidad de nuestros productos. Si no apostamos por eso, nos quedamos desfasados y muy atrasados en comparación con otras empresas de otros países en los que sí se apuesta por ello.
Todos y cada uno de los problemas que acabamos de mencionar tienen una solución que puede llevar a que la realidad en el entorno industrial español sea completamente diferente a la que se viene experimentando en los últimos tiempos. Como es lógico, todo depende de un cambio de mentalidad en muchos casos y de una inversión (una palabra que no es sinónimo de gasto ni mucho menos). Se invierte para mejorar procesos, comodidades y eficiencias. Pero si no se invierte, no solo no mejoraremos, sino que empeoraremos nuestros registros en una materia como la productividad o la rentabilidad porque la maquinaria será cada vez más vieja y funcionará peor.
Por las cosas a las que me refería en el párrafo anterior he dicho antes que creía que existía una vía para tener esperanza en el futuro. Se trata de una vía que pasa por ese cambio de mentalidad y por esa inversión que es tan necesaria de vez en cuando y que va a ser nuestra mejor aliada para tratar de cumplir con todos y cada uno de los propósitos que tenemos en mente como directores y directoras de un negocio de corte industrial. Y creo que es una vía que, tarde o temprano, va a ser implementada por todas las industrias de este país y las fábricas que forman parte de cada una de ellas. A fin de cuentas, no les queda otra opción si su objetivo es sobrevivir en el mercado tan sumamente competitivo en el que nos encontramos.
Una de las maneras que tiene la industria española de conseguir mejorar sus prestaciones tiene que ver con las líneas de envasado, que suponen la última fase del proceso de producción y la previa a su almacenamiento o distribución. Es posible sacarle un partido mucho más grande a esta fase del proceso productivo porque la tecnología es más sofisticada que nunca y porque es posible disponer de líneas de envasado para todo tipo de productos, como podemos ver en la web de Envasef, en la que hay sitio para máquinas envasadoras, bolsas monodosis, bolsas preformadas o máquinas de envasado vertical con carrusel.
Cuando hablaba de la necesidad de acometer inversiones en maquinaria, me refería a cosas como de las que acabo de hablar. Y es que contar con una máquina de envasado que sea nueva y que cuente con la mejor tecnología nos puede hacer mucho más fácil un proceso. Si incorporamos esa inversión en otras fases de la industria, imaginaos todo lo que podríamos llegar a conseguir. Esta es la vía por la que debemos caminar para dotar de buenas noticias a un sector como el de la industria, que las necesita más que nunca.
En un mundo como en el que nos encontramos, en el que la maquinaria y la tecnología marcan la diferencia y en el que todo gira más rápido que nunca, es necesario que se tenga siempre bien claro que la necesidad de acometer inversiones es algo que siempre va a formar parte de la rutina de las empresas de corte industrial. Demostrar que podemos producir de una manera rápida y eficaz es la mejor forma de convencer a un cliente de que puede confiar en nuestro negocio y de que somos fiables. Y la fiabilidad, a día de hoy, es oro.
Además, gracias a esto, tendremos la oportunidad de abaratar bastantes costes, lo cual hará posible que tengamos una capacidad mucho más grande de ser competitivos en el mercado en el que trabajemos. El precio sigue siendo uno de los factores que más importancia tiene a la hora de tratar de convencer a los clientes habituales de que vuelvan a apostar por nosotros y también a la hora de convencer a potenciales compradores y consumidores de los productos que elaboramos. Si existe una posibilidad de abaratar el precio sin que eso suponga un problema para la calidad del producto que desarrollamos, hay que aprovecharla al máximo.
Resumiendo: la industria española tiene un margen de mejora importante y creo que va a ir cubriéndolo con el paso de los próximos años. En general, va existiendo una conciencia más grande en el sector en relación a la necesidad que hay de invertir en maquinaria y en instalaciones que permitan trabajar de una manera mucho más productiva y eficiente de lo que se viene haciendo hasta ahora. Con esa conciencia como principal arma, no me cabe la menor duda de que los objetivos que se marcan desde el sector van a ser cubiertos.
Es hora de ponernos a trabajar en algunos de los aspectos de los que he hablado en este artículo. Ni que decir tiene que todo esto no exime de implementar mejoras de las que yo no haya hablado a través de estos párrafos pero que un emprendedor considere que son interesantes para mejorar tanto el trabajo como los resultados de su negocio. Al fin y al cabo, nadie mejor que esa persona va a conocer las necesidades de la empresa.