Uno de los artículos que más compramos a través de un negocio como el que supone el comercio electrónico es el que tiene que ver con la moda. A nadie le cabe duda alguna al respecto. Y, de hecho, es evidente que lo podemos comprobar con la gente que nos rodea. Seguro que tenemos primos, hermanos o hijos que compran a través de Internet y cuyas principales compras tienen que ver con el sector textil. ¡Hasta nosotros mismos, si comprobamos nuestros movimientos bancarios, nos daremos cuenta de la cantidad de ropa que compramos por Internet!
Sin embargo, nosotros lo vemos desde el punto de vista de un particular. ¿Qué es lo que ocurre con las empresas que se dedican a la compra de ropa para su posterior venta en sus puntos de venta minorista? ¿Cambia la percepción? La verdad es que cada vez lo hace con una incidencia mucho menor. Aunque sí que es cierto que las personas al cargo de empresas que compran ropa por Internet para su venta posterior suelen preferir analizar la calidad del producto en persona, lo cierto es que las transacciones a través de Internet son cada vez mayores, sobre todo si nuestros proveedores ya lo son desde hace algún tiempo y confiamos en ellos.
La compra de ropa a través de Internet no solo ha mejorado sus registros en lo que tiene que ver con los particulares, sino que también ha hecho lo propio con el comercio mayorista. En efecto, el número de comercios minoristas del sector textil que está utilizando la red para hacer sus compras a un comercio de corte mayorista ha crecido desde el verano pasado según los datos que manejan desde Catalinos, una distribuidora de ropa al por mayor que cuenta con una amplia experiencia en el sector y que ha visto en Internet un medio perfecto para expandir su negocio.
Y es que el comercio electrónico es un filón. Lo hemos repetido en muchas ocasiones, pero seguiremos diciéndolo porque es una de las grandes verdades de nuestro tiempo. Gracias al desarrollo de este tipo de negocio, hemos podido salir de la crisis en la que permanecíamos estancados desde el año 2008. El sector textil, desde luego, ha encontrado en esta vía la solución para muchos de sus problemas y la verdad es que nadie sabe si, en el caso de no haber existido el ecommerce, lo hubiera conseguido.
Crece el gasto anual en ropa en España
La prueba de que el negocio textil está pasando por un buen momento en nuestro país es el par de noticias del que os vamos a hablar en los párrafos siguientes y que hablan de cómo ha crecido el consumo en este sector en los últimos dos o tres años.
- En primera instancia, el portal web de la revista GQ se preguntaba, en uno de sus artículos, cuánto nos gastamos en ropa al año. La facturación en el sector en el año 2016 (la noticia es del año siguiente) era de 18.012 millones de euros, un 1’52% más que durante el año 2015. Era uno de los primeros síntomas de que las cosas estaban empezando a mejorar en lo que tiene que ver con el sector textil en España. Y se estaba poniendo de moda comprar por Internet.
- Por otro lado, el portal web Modaes informaba de que el gasto en moda por persona había crecido un 4’53% en 2017 (la noticia es de 2018) y que recuperaba la barrera de los 600 euros por persona por primera vez desde el año 2010. Aunque sí que es cierto que, como apunta la noticia, queda camino por recorrer puesto que el gasto medio por persona antes de la crisis era de 756 euros al año.
La ropa es un bien necesario para el ser humano, al que la sociedad, de alguna manera, le exige diferentes estilos de ropa en función del contexto en el que se mueva. Todos sabemos perfectamente que tenemos que tener ropa para contextos formales, como para nuestro trabajo, y para otro tipo de contextos en los que el ambiente es mucho más distendido y en los que, por regla general, podemos hacer uso de ropa mucho más cómoda.
La ropa es necesaria, además, para todo tipo de personas. Lo es para gente adulta, como ya os hemos comentado, pero también para gente más mayor y, por supuesto, para los niños. Desde luego, está claro que hay que disponer de la ropam que sea necesaria para hacer frente a diferentes situaciones con independencia de la edad de la persona que va a hacer uso de ella. Y es que es un bien básico e imprescindible para todos y cada uno de los seres humanos que poblamos esta Tierra.